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Platos Fuertes de Tia Lena

Tuve la linda oportunidad de pasar un fin de semana con mi familia en Memphis, Tennessee en los fines de enero 2018. De tantos Tios y Tias que tengo, son pocas las memorias de infancia que tengo con ellos. Cómo muchos de nosotros salvadoreños que somos de familias grandes, la triste realidad es que el tiempo y la distancia desafortunadamente hacen las familias más pequeñas. Mi Tia Lena ha sido la Tia con quien tengo muchísimas memorias de esa época feliz de niñez. Ella es la hermana mayor de mi papá y llegaron al mismo tiempo a este país. Crecieron sus hijos juntos y rodeados con mucho amor.

Los caminos de las vida nos tocaron diferente rumbos, pero a pesar de la millas de distancia en geografía, siempre seguimos unidos. El amor entre familia corre profundamente en la legacía de estos hermanitos. 

Mi Tia Lena ha sido una fuente de inspiración, fé y amor para mi desarrollo. Tuve la hermosa oportunidad de pláticar con ella, aprender su sabiduría y comer un cachimbo de chicharrones y tortillas hechas a mano. Ademas de ser tan sabia, mi Tia es un maravilla en la cocina. Ella le pone tanto cariño en cada cucharada que sirve. La comida tiene un sabroso toque a la experiencia, como de un chile que no se puede comprar. Cuando estábamos en la cocina, me quedaba admirada a su facilidez con el aceite caliente, con su agilidad en cómo palmeaba las tortillas para hechar al comal. Me ponía a pensar de cuantas tortillas había hecho en su vida, de todos los buches que se han llenado con sus tortillas. Nuestras pláticas empezaban en la cocina. La cocina siempre ha representado un espacio sagrado en el hogar, adonde las mujeres pueden compartir y aprender de una a otra en un ambiente sano y salvo. 

Unas de las pasadas que cuenta mi papá es cuando pasaron tiempos duros en Honduras, antes de la guerra de 1969 cuando muchos Salvadoreños vivían y trabajaban en Honduras. Mi Tia Lena, apenas de la edad de 13 años, ya podía hacer un almuerzo para su hermanos con sólo 10 centavos. Lena compraba 2 centavos de chacaras (unos guineos/plátanos gordos). Después con los 8 centavos de sobra, compraba asientos (los pedacitos de chicharrones de puerco, bien fritos que sobran en el aceite) y huaraches (un tipo de pan dulce) para comer con un cafecito. Ella también era buena para pescar chacalines en la quebrada, para que su hermanitos no comieran la tortilla sola. 

Mi Tia Lena demuestra su amor y cariño atravez de su comida. Cada tortilla hecha a mano, cada quesadilla horneada, lleva la tradiciones de su madre, su abuela y todas las mujeres valientes de nuestra familia. Me sentí chiflada con tanta sabrosura en mi visita con Tia que decidí dedicar éste ensayo a la maravilla que es ella, de lo que representa su comida y las fuerzas que ella demuestra en su ser.

Cuando sea grande, quiero ser como mi Tia Lena. 

Toda La Sabrosura

Mami Made

Mami Made is the sewing craft line I run with my Mom. Mami has sewn all her life. She learned  this necessary life skill while growing up in the rural countryside of El Salvador.  Her mother taught her to stitch as well as the insightful tactic of looking at fragmented pieces then making something out of it.  I write in further detail about Mami's handmade magic in My Mother's Hands.

The idea behind Mami Made was that Mami has always made beautiful practical things for me. After a night of listening to the purr of her sewing machine, my light bulb blinked on:  why not share her craft with the world? She thrives in the process of creating something from thread and fabric. My sister is an Art Therapist so the process of making art to heal runs in the family. Mami glows when she gives that item to its new owner. Mami Made is a way to nurture my Mother's creative spirit and share her craft.  

Below is a visual appreciation of the love that Mami stitches in each of her craft. Whether she's making my prom dress, a princess dress for her granddaughter, a vintage style cocktail dress to fit all my curves, Mami pours her humble love in every inch.

Thanks again to Remezcla for showcasing Mami Made

Visit to Perquín

Museo De La Revolucion

Photo Gallery of the Museum of the Revolution

On my recent visit to El Salvador, I took a day trip to Perquín, Morazán on Saturday, July 1, 2017 to visit the Museo de la Revolución.

Perquín is located in the northeast section of the country. It was a town that suffered heavy casualties during the war and almost disappeared from the earth entirely. Knowing conceptually about the war did not prepare me to live into the space where the heavy fighting occurred.

Our tour guide was a former child soldier whose candid anecdotes brought life to each item in the museum collection.

There were so many pictures of young people. In fact, a number of the photographed individuals are alive to this day. They are teachers, members of legislation, government agents, politicians, lawyers, doctors, survivors. However, the war claimed over 75,000 lives in this tiny country, created a generation on the run and a diaspora of Salvadorans removed  from their ancestral land. 

Another striking series of images were the protest posters created during the war. The designers varied but the impact was profound. 

This was my history that was never included in the Texas textbooks growing up. It was until I was in college I read a paragraph about El Salvador in a book. This trip provided a glimpse into the massacres that changed the course of history, my history.  Although the country is celebrating 25 years since the peace accords were signed, wounds this deep are felt on a seismic level. 

Lastly, just a series of images and a video from the Museum. There was a choir practicing during the filming of  video that made for a serendipitous soundtrack.